El incendio en la Sierra Nevada de Santa Marta, no solo dejó la devastación de cerca de 4,000 hectáreas de bosque y un bombero herido, sino que dejó abierta la discusión sobre la ineficiencia del Estado en los mecanismos de prevención. Desde mediados de enero de 2020, hasta principios de marzo de este año, se presentaron catastróficos incendios opacados por la ola de infectados en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Ambientalistas coinciden en que el daño ocasionado en esa zona de la Sierra Nevada de Santa Marta es muy grave, pues también murieron animales prácticamente irremplazables. El ambientalista Gabriel Utria, manifestó que este evento afectó especies endémicas, como es el caso del lorito de Santa Marta (Pyrrhura viridicata), pero igualmente bosques secundarios que habría que esperar 50 años para recuperarse.
A lo anterior se suma el déficit de agua producto de la sequía. La zona aledaña al sitio del incendio, desde donde se encuentra el Batallón de Alta Montaña y el centro de las telecomunicaciones del Caribe, hasta la Cuchilla de San Lorenzo, es territorio propició para observar aves. La conflagración, que se inició a las dos de la tarde del miércoles y que fue controlada el jueves en la mañana (aunque por efectos de la brisa algunos pequeños puntos volvieron a encenderse), fue considerada como una de las más dañinas en los últimos tiempos sobre la gran montaña. La investigadora Sandra Villardy, pionera en la aplicación de la ciencia en la defensa del patrimonio ecológico, expresó su preocupación por los incendios que han afectado la Sierra Nevada. “Estamos haciendo las mismas cosas desde hace mucho tiempo”, anotó, refiriéndose a lo que el hombre está provocando con sus acciones. “Estamos entrando al cuarto año de una sequía importante y creo que el tema de los planes de contingencia y prevención, no han sido debidamente realizados”, anotó. El comandante de la Primera División del Ejército, coronel Samuel Salinas, dijo que el vertimiento de agua desde el helicóptero Bambi de la Fuerza Aérea y el trabajo de guarda rayas por parte del personal de bomberos y militares, hizo posible confinar el fuego.
El ecosistema más importante de Colombia experimenta una de las peores crisis ambientales de su historia, debido al desarrollo de fuertes incendios desparramados en miles de hectáreas de su territorio. Este desastre ambiental ya supera lo ocurrido en el Amazonas brasilero hace unos meses atrás. Es una catástrofe local sin precedentes. Se contabilizan al menos 8 muertos, hay desaparecidos y miles de edificaciones fueron arruinadas por la catástrofe ambiental, que destruyó más de 3600 hectáreas del sureste australiano. Pero el daño más importante viene por el lado de la flora y fauna tan característica de la Sierra nevada de Santa Marta Científicos calculan que más de 105,000 animales murieron por los devastadores incendios y algunas especies se encuentran en serio peligro de extinción. Ese es el caso del tan particular las aves: en los últimos días del incendio murieron 25 mil ejemplares y los especialistas temen que se extinga definitivamente de la faz de la tierra.
Por otro lado, el impacto ambiental a corto y mediano plazo es inmensurable. La merma impresionante en el reino animal afectará la polinización de plantas o al transporte de semillas. Esta semana fueron neutralizados 136 focos de incendio. El gobierno anunció el despliegue de un operativo militar y civil, que intenta calmar el fuego utilizando helicópteros y aviones. Pero las causas de los incendios distan de ser explicadas por un factor exclusivamente endógeno.

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